La comida mexicana es una de las más ricas que puede haber, ya sea por sus ingredientes, la preparación o la mezcla de ellos que da como resultado las delicias que degustamos todos los días o en fechas especiales. Sin embargo, algunos de ellos no suelen tener su origen de manera natural. La comida enlatada puede ser una opción conveniente y práctica, pero su consumo frecuente puede tener algunos efectos negativos en la salud.
Una de las afectaciones que tienen las comidas enlatadas es que contienen grandes cantidades de sodio, que se utiliza como conservante y para mejorar el sabor. El consumo excesivo de sodio puede aumentar el riesgo de hipertensión, enfermedades cardíacas y problemas renales.
También un factor a considerar es que algunas latas tienen un revestimiento de BPA, un compuesto químico que puede filtrarse en los alimentos. El BPA se ha asociado con problemas de salud como alteraciones hormonales, problemas cardiovasculares y un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer.
La calidad nutricional también se ve afectado porque algunos métodos de procesamiento pueden reducir los niveles de vitaminas y minerales sensibles al calor, como la vitamina C y el ácido fólico. Además de que contienen azúcares añadidos o jarabes de alta fructosa, lo que aumenta el contenido calórico y el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades metabólicas.
Algunos alimentos enlatados, especialmente sopas y guisos, pueden contener grasas trans, que son perjudiciales para la salud cardiovascular. De igual manera, algunos procesos de enlatado eliminan parte de la fibra natural de los alimentos, lo que puede afectar la digestión y la salud intestinal.
Una de las mejores opciones para la preparación de comida es la que se encuentra en los mercados, muchos de esos productos son naturales y con una buena guía, como el libro digital Saber Comer, se pueden hacer recetas ricas y balanceadas para mantener una buena salud.